martes, 5 de abril de 2016

Susana Szwarc

Susana Szwarc

 





Ir y venir

Viene el hombre que me trae la comida

(me gusta pedirla, me gusta abrir el papel

en que la envuelven y dejarla enfriar.

Es otra mujer la que cocina y dos hombres

la reparten por las casas).

Pero este sábado

él me pregunta: ¿qué hacés en tus clases?,

quiero leer poesía de ahora y no entiendo,

me dice.

Entonces lo hago pasar.

Busco los anteojos, busco el cenicero,

y abro a Juárroz primero

y abro a Gianuzzi después.

Me gusta abrirlos así, al azar, en alguna página,

ver cómo saltan las letras.

Café y manzanas leo, mientras la comida

que me trajo este hombre

se enfría más sobre la mesa.

Nos enredamos en esa música ajena

que se nos hace propia y los ojos

del hombre que me trae la comida

se llenan de lágrimas. Entiendo, me dice,

eso que no entiendo.

¿Y Borges? Pregunta, ¿creés que podré

con él? Le acerco un pañuelo

de papel y se seca las lágrimas.

Antes de irse él vuelve a preguntar: ¿entonces

me hicieron creer que no entiendo?

No entendemos

y ni falta que nos hace. Basta con llevar esas frases a la boca.

El hombre que me trae la comida se va.

Y yo saboreo lenta los trocitos.


del libro "El ojo de Celan" (Edit. Alción, 2014)




Declive

Por el ojo de la cerradura vemos


cómo de la palangana en el suelo: tiene agua. Ahora


no se ve. Hasta que levanta la mano


blanca, la misma con que la prisionera (jovencita


en Siberia) llevaba maderos hacia el barco.

¿Y las niñas? en la escuela


atrás de la vía.

Tiene un gillete y el ojo apoyado en la cerradura mira


su negra axila de abeja-madre. Arrasa. Algo se corre.


En el encuadre, un ojo mira al otro.


Si me estiro veo


la palangana (llena) de estrellas y abedules


también blancos: habría nevado.


(El hermano, sobre la nieve, corre


a la muchachita y ahora los ojos ya no ven.)

Atrás de la vía:


campanas.

Va a salir. Hay que correrse. Abre la puerta y desparrama


el agua (turbia) al gallinero. Nubes la alejan, hacen pasillos


hasta que tiende más ropa en puntas de pie. Los brazos en


alto. Abrocha.

 

¿Cómo hallar ahí dónde posarse?

 

del libro Bailen las estepas (Ediciones De la flor, 1999)

 
(c) Susana Szwarc
Ciudad Autónoma de Buenos Aires

 

Susana Szwarc nació en Quitilipi (Provincia del Chaco) y luego vivió un exilio interior, enviada a la Ciudad de Buenos Aires donde reside actualmente. Ha publicado en narrativa libros como El artista del sueño, La novela Trenzas que reedita para este año editorial Entropía. Una felicidad liviana, etc. En poesía En lo separado, Bailen las estepas, El ojo de Celan, entre otros. Su libro de poesía "Bárbara dice" ha sido traducido por Cristina Madero al francés (Editorial Abra Pampa 2013) y actualmente el poeta Alessio Brandolini traduce El ojo de Celan. En marzo, en librerías y ferias "La muertita o la novela que publica la editorial La mariposa y la iguana. Tiene publicados cuentos en literatura infantil y pertenece al Club Argentino de Kamishibai. Su cuento "No camines en el barro" ha sido llevado a la ópera por el compositor Cristian Varela. Ha formado parte de El plan de lectura de la profesora Hebe Clementi y de los talleres de arte de la Biblioteca Nacional.








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