Javier Claure Covarrubias |
Poemas de Javier Claure Covarrubias *
PERTENENCIA QUECHUA
¿Rendirme yo? ¡Que se rinda su abuela, carajo!
Eduardo Abaroa.
Aquí nació
la hija predilecta de Simón Bolívar
salitre, algas y arena era su cuerpo
dos faros de alto quilate su diadema
y los muelles sus extremidades
Aquí hilaron
las aves un manto de vicuña
el Illimani escuchó el gemido de las olas
y las bautizó con quenas
con tarkas y charangos
Aquí brotó
el cobre, el oro y la plata
variedades de moluscos y peces
las gaviotas volaron de norte a sur
y la espuma jugaba con las rocas
Aquí trabajaron
hombres con rústicas herramientas
con overoles de bayeta
hasta que llegaron los extranjeros
y la riqueza se convirtió en la vía dolorosa
Aquí flameó
la tricolor en las colinas y en el agua
el fulgor del rojo encendió la sangre de Abaroa
el amarillo cubrió las ricas tierras
y el verde fue la frontera en el desierto
Aquí confundieron
civilización con poderío
se implantó una norma rapiña
Inglaterra detrás del invasor
y a cargar con todo por la fuerza
Aquí tejió
el enemigo la telaraña del crimen
entre pistoleros y capitanes
sin memoria, sin historia
y muy poca noción de la naturaleza
Aquí destruyeron
la Confederación Bolivariana
Portales, su Ejército y los tiranos
se aferraron a lo ajeno
y obedecieron a la Bolsa londinense
Aquí sembraron
metralletas y minas antipersonas en el límite
el Pacífico se convirtió en una contienda
en saqueos
y en allanamientos
Aquí usurparon
el Litoral hace más de un siglo
y desde entonces sangra una arteria
en el Cono Sur de América
eterna herida abierta en el Continente
Aquí bramó
el viento y las sirenas por la injusta invasión
Genoveva Ríos fue la niña héroe de la bandera
Juancito Pinto redobló los tambores a corta edad
y los Colorados defendieron la Patria
Aquí instalaron
aparatos, locomotoras a vapor
y el nefasto tratado de ultramar
jamás trajo consigo
ni paz, ni amistad.
LA PALLIRI *
La palliri
es una mujer solitaria en los desmontes
madre, esposa o quizá viuda
que emite señales a golpe de cincel
el martillo es su rosario
las piedras su oración
en la última entraña de la puna
La palliri
de trenzas gruesas y pálida sombra
martilla y martilla para encontrar el dorado
templa el aire de esperanzas
víspera de ilusiones es cada segundo
pero en su vieja canasta de mimbre
sigue ardiendo el fuego de la Inquisición
La palliri
dedos callosos y pómulos partidos
siembra semillas, jamás cosecha frutos
y en sus polvorientos atados
la vida tiene otro palpitar
cien gramos de estaño en la balanza
y toneladas de quebrantos en su estómago
La palliri
hija del telúrico temblor
recolectora de minerales en plena desolación
Penélope del altiplano entre cascajos
teje y desteje sueños en su mandil
y en el dobladillo de su pollera
encuentra las cruces de su existir
La palliri
más fuerte que el viento gélido de la pampa
más vulnerable que los dolores del alma
es un grito abrumador en el campamento minero
no fue a la escuela
nunca tuvo un sillón para apoyar su adolorido cuerpo
ni tampoco vino Dios a su encuentro.
* El apelativo de palliri viene de la palabra quechua "pallar" que significa recolectar. La palliri es generalmente una mujer que escoge, a martillazos, el mineral de las rocas.
ADIÓS
Adiós
porque eres una rueda melancólica
una agonía despuntando en la vía férrea
todo es adiós
el futuro es adiós
la comida es adiós
Adiós
entre otros miles de adioses
que dividen el bien del mal
hasta llegar a nuevos horizontes
donde la lluvia no es lluvia
y el portón se cerró con plomo fundido
Adiós
con esta mirada de águila
con este bolígrafo hecho cuaderno
porque no conocen el vocablo perdón
a decir, entonces, desde la lejanía
otra movida es la pieza clave
Adiós
a ese cuerpo llorón y solitario
que se acuchilla en las venas
por su pecado a flor de piel
y por sus trémulos huesos
que crecen al revés
Adiós
a la tarde estremecida
entre mantillas y crespones
porque es traicionera como Dalila
o como ese payaso
que quiso ser más que payaso
Adiós
al tenebroso silencio de las macetas
al pez que salta y se cree Tarzán
porque ahora después del adiós
el secreto se desvela como mercurio
para decir:'
Adiós
porque llegaste a este mundo
con todas las maldades juntas
con cara de túnel pasaste los años
y te fuiste
con tu catafalco mal armado.
(c) Javier Claure Covarrubias
Estocolmo
Suecia
* Del poemario "Réquiem por un mundo desfallecido", publicado en Estocolmo en diciembre de 2014.
Javier Claure Covarrubias nació en Oruro, capital folklórica de Bolivia. Es miembro del Pen-Club Internacional, de la Unión Nacional de Poetas y Escritores de Oruro (UNPE), de la Sociedad de Escritores Suecos y del Liceo Poético de Benidorm (España). Ejerce el periodismo cultural. Tiene poemas y artículos dispersos en publicaciones de Suecia, Bolivia y en diferentes sitios de Internet. Fue uno de los organizadores del Primer Encuentro de Poetas y Narradores Bolivianos en Europa (Estocolmo, 1991).
Ha estudiado informática en la Universidad Real de Tecnología de Estocolmo (Kungliga Tekniska Högskolan) y en la Universidad de Uppsala. También estudió matemáticas en la Universidad de Estocolmo, casa de estudios donde además obtuvo una Maestría en Pedagogía.
Formó parte de la redacción de las revistas literarias "Contraluz" y "Noche Literaria". Algunos de sus poemas han sido seleccionados para las siguientes antologías: "El libro de todos" (1999), "La poesía en Oruro" (2005), "Poesía boliviana en Suecia" (2005), "Antología Comentada de la Poesía Boliviana" (2010) y "Antología de la poesía universal, poetas del siglo XXI (2010). Forma parte del "Diccionario de autores orureños" (2007).
Ha publicado "Preámbulos y ausencias" (2004), "Con el fuego en la palabra" (2006), "Extraño oficio" (2010) y "Réquiem por un mundo desfallecido" (2014).
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